El país que albergó el primer fortín de Cristóbal Colón: Haití, se ha visto embestido, desde mediados de octubre, por una epidemia de cólera. Y todos los pronósticos indican que “La Navidad”, también nombre de aquella emblemática edificación construida por los españoles, será celebrada en medio de un balance devastador, puesto que desde ya las cifras de muertos por la enfermedad superan más del 10% de los aproximadamente dos mil ,ultimados por el terremoto de enero.
El mal del cólera data del siglo XIX, cuando acechó a los continentes europeos y americanos, llegado desde la India. Hoy, el mundo occidental apenas si había tenido noticias de éste, desde la última centuria; empero, África, Asia y Latinoamérica no han podido erradicarlo, dadas las malas condiciones de salubridad, distribución espacial y pobreza crítica que enfrentan dichas regiones.
El mal del cólera data del siglo XIX, cuando acechó a los continentes europeos y americanos, llegado desde la India. Hoy, el mundo occidental apenas si había tenido noticias de éste, desde la última centuria; empero, África, Asia y Latinoamérica no han podido erradicarlo, dadas las malas condiciones de salubridad, distribución espacial y pobreza crítica que enfrentan dichas regiones.
Los indicios claves
Menos de medio día puede ser suficiente para que un ser humano pierda la vida a causa del cólera. Diarrea y vómito son las principales alertas que arroja el microorganismo en medio de una epidemia. La vibrio cholerae es la bacteria que se aloja en los intestinos y produce la infección crónica.
El agua, puede ser la panacea bendita o la mortal asesina, puesto que conforma, junto con los alimentos y heces contaminados, el principal vector de contagio; y al mismo tiempo, contribuye durante el proceso de curación, combatiendo la deshidratación causada por los síntomas de la enfermedad agravada. Incluso, el germen patógeno del cólera puede llegar a sobrevivir hasta en ríos y aguas de costa.
En tanto, el contacto casual no representa riesgos de infección. Y cuando la condición del paciente se hace crónica, deben reponerse las sales y líquidos por vía intravenosa.
El origen
Artibonite y Mirebalais son regiones al norte de Haití, desde donde, hasta ahora, se cree que pudo haberse originado la epidemia, de acuerdo con los datos suministrados por la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU y UNICEF. Además, la salud susceptible y sanidad vulnerable de los haitianos acelera la propagación descontrolada del cólera.
Saint Marc y Gonaives, las principales ciudades de Artibonite, se han visto estigmatizadas por el desabastecimiento de agua desde hace más de una década; además en el transcurso de este tiempo, resultaron afectadas por inundaciones en el 2004 y huracanes en el 2008. Además, albergaron a más de 300 mil personas refugiadas luego del terremoto de inicios del año.
Sucede que las aguas del río que atraviesan estas zonas, se habrían contaminado con las heces de los soldados nepaleses que llegaron con la misión estabilizadora de la ONU, la Minustah.
La suposición se sustenta en que la base de éstos ‘cascos azules’ está ubicada muy cerca al sitio en el que se detectaron los primeros casos de cólera. Asimismo, gracias al artículo The Origin of the Haitian Cholera Outbreak Strain (http://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa1012928), publicado el pasado 9 de diciembre en The New England Journal of Medicine, se sabe que las cepas del cólera que acecha a Haití están directamente relacionadas con las que sobreviven en el sur del continente asiático.
Asegura el ministro de salud de la nación afectada, Alex Larsen, que se trata de la cepa “01”. Por otro lado, se presume que sea Bangladesh, el punto geográfico más exacto del origen de la bacteria asociada, a pesar de que arribó a la nación haitiana mediante África, según devela la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y el Instituto de Biociencia del Pacífico de California.
Proyecciones
En Nepal, el cólera es una enfermedad endémica, y según Claire Chaignat, directora del programa especial de cólera por la OMS, las precarias condiciones sanitarias lograrán lo mismo en Haití. Este país no conocía este mal desde hace más de un siglo.
Para la organización Médicos Sin Fronteras: "El aislamiento de los casos sospechosos, la promoción de la higiene mediante la educación y la distribución de jabón, así como la distribución de agua potable, son elementos clave para frenar la propagación del cólera".
Cada día crece el número de Centros de Tratamiento del cólera en Haití, y dentro de las últimas estrategias de ayuda internacional, figura la dotación de camas especiales para el cólera, lo que facilita la atención médica, y por ende el control sanitario de los factores de infección.
En tanto, el vicedirector de la Organización Panamericana de la Salud, Jon Andrus, se mantiene conciente de que el cólera podría llegar a afectar “hasta 200 mil personas en los próximos tres meses”. Mientras tanto, la cifra de afectados suma más de 100 mil. Sin embargo, Eric Laroche, director general adjunto para acciones en crisis de la Organización Mundial de la Salud, apunta que a pesar del crecimiento sostenido de los casos, la tasa de mortalidad ha descendido del 9 al 3, 5%, otras fuentes la sitúan más recientemente en 2,2% del total de contagiados.
Para mayor información, vea
Haití, días de cólera, un reportaje de Radio Televisión Española.



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